Últimas opiniones sobre Grace de Mónaco

Guion que toca Nicole Kidman, guion que merece la pena darle una oportunidad.

Sin ser la mejor actuación de su carrera, Nicole Kidman interpreta a Grace Kelly en este filme llamativo y visualmente atractivo, que nos cuenta como una de las mejores actrices de Hollywood rechaza el papel que le ofrece Alfred Hitchcock.

Tiene una dirección peculiar que me ha llamado la atención y la película es muy bonita en varias escenas, en cuanto a iluminación y color.

muy buen pelicula aqui dejo el lin de la pelicula para verla online

Desde un punto de vista visual, estético, la película es muy atractiva y muy bella. El elenco es excelente (todos los actores son indiscutiblemente buenos) lo que me parece que sucede con este film es que lo que falla (mucho) es el guión. Todavía pienso que no se deben atraver a contar la verdadera historia de la princesa Grace de Mónaco. Como siempre, Nicole Kidman no defrauda con su nivel de actuación que es superior, porque hace uso de una depuradísima técnica y trabajo profesional (aunque la película sea floja) ella es de las actrices que siempre está bien. Ya al inicio de la película verla caminar de espaldas yendo al camarín de la estrella de cine que interpreta da con todo el glamour que el personaje demanda y el trabajo de Kidman cuando va mutando en la Serenísima Princesa de Mónaco, está muy bien resuelto desde un punto de vista actoral. Sucede que verla actuar, siempre es un deleite. El resto del elenco es muy bueno pero la historia, ah, la historia no se la cree nadie. Es una pena que no se haya podido profundizar en la verdadera conflictiva interna de una gran actriz como también lo fue Grace Kelly y los móviles que la llevaron a optar por representar el papel de princesa de un principado que tuvo su momento de esplendor y que se transformó en el escenario del jet set de la alta burgesía europea.

Una Grace desganada y apagada, de nulo glamour, lucimiento escaso y seducción poco intensa. Hay que reconocer que Olivier Dahan tiene su mérito pues todo un personaje tan suculento y atractivo a los ojos del público lo ha convertido en un ejercicio inexpresivo, de nula notoriedad, rigidez absoluta y pobre interés. El dramatismo de la bella damisela encerrada en su encantador castillo al rescate de su devoto amado y de su hermoso reino es soso e inerte, un teatro poco suculento, convincente o satisfactorio para toda la magnificencia que se desprende sólo con mencionar su nombre, la narración de un cuento donde la heroína sacrificada deja de lado sus aspiraciones y deseos, su felicidad personal y entrega su vida por la de los demás no convence, atrapa ni fascina, sabor poco figurante que no destaca ni sobresale. Nicole Kidman se esfuerza por exprimir al máximo su papel, sacar todo el jugo posible a este esperanzado guión pero lo más que consigue es alargar su carismático y elegante anuncio televisivo de Chanel aunque sin tanta gracia, fortuna o gloria pues la cuidada/perceptiva estética y su venerable/agradecido intento caen en saco roto, partida de póker fallida a pesar de los excelentes jugadores. No acabas de creerte la representación, ésta no deslumbra ni llena tus expectativas, únicamente ofrece un entretenimiento tibio y neutro cuya brillantez se diluye al poco de empezar la obra hasta alcanzar un tono tenue, suave y de gran fineza que despierta pocas inquietudes, camino de andadura tranquila y pasos reposados. El fervor de palacio, las intrigas políticas, el destino de un país, el liderazgo de un trono expresados sin apenas chispa, emoción o picardía, no duerme ni aburre pero tampoco provoca efusivos suspiros, ardientes encantos o un ímpetu bárbaro, una sutil delicadeza en sus intenciones que se vuelve en contra al no lograr despertar las oportunas pasiones y deseos que muevan tu alma y vibren en tu inquieto corazón pues..., una princesa siempre será un princesa y su legado siempre será una fascinante fantasía de luz y color, ensoñación adorable no hallada en esta ocasión