Casarse no es la solución

Lisbeth (Saskia Vester) está preocupada por su hija Fanny (Sonja Gerhardt), que se encuentra estudiando en Italia. Han pasado varias semanas desde la última vez que hablaron por teléfono, lo que ha provocado que Lisbeth coja el primer vuelo que viaja a Urbino para encontrar a su hija. Una vez allí, no tarda demasiado tiempo en encontrarla y cerciorarse de que está en perfecto estado. El problema aparece cuando Fanny le cuenta a su madre que está planeando casarse con Luca (Kostja Ullmann), cuya madre es totalmente lo contrario a Lisbeth.