La película originalmente iba a llevar a una clasificación R (no apropiada para niños), pero después se lo pensaron mejor y el estudio decidió bajar el tono de guión de la película a PG-13. Esto supuso cambiar la trama, el diálogo y los personajes. John August fue contratado como "doctor script" para hacer estos cambios.
Con un presupuesto de 65 millones de dólares, llegó a ser número 1 en taquilla española.