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    Los miércoles no existen
    Críticas
    2,5
    Regular
    Los miércoles no existen

    Canción de juventud pasada

    por Suso Aira

    Mucho antes que ser una exitosa y corredora de fondo pieza teatral, básicamente en la cartelera madrileña, Los miércoles no existen fue un guión cinematográfico del propio Peris Romano, así que su materialización en película cierra de cierta manera un éxito. No lo cierra con la brillantez que uno esperaba, sobre todo cuando eso es lo que parecía destinado a suceder: Romano por fin dotando de enjundia y de carne fílmica a su historia. ¿Qué ha sucedido para que no haya sido así? Pues ha pasado algo que ya he comentado al inicio de estas líneas: el éxito del material tras ser reconvertido en una obra de teatro.

    Incapaz de defraudar a los miles de espectadores que llenaron las plateas, el autor/director se ciñe en demasía a esos trucos que sobre las tablas funcionan, pero que con la cámara a dos palmos de los rostros de sus inmaduros protagonistas, dirigidos como en una función, no como en una película, acaba por no transmitir nada más allá del texto, de lo que el texto significaba como apoyo de un medio que no es el cine aunque se le parezca y aunque haya sido la semilla de infinitas obras maestras. Los miércoles no existen, la película, yerra introduciendo un innecesario personaje-narrador al que presta su habitual naturalidad María León, y a pesar de que a veces funcione por la inercia de sus virtudes originales (teatrales, no del guión previo que desconocemos) y por un inteligente acercamiento a lo que autores como Alain Resnais han hecho del cine-teatro (o mejor dicho: del cine que habla de teatro con formas de teatro pero que es cine. Sí, es un poco trabalenguas), no acaba dejando satisfecho. Queda, eso sí, el propio texto, enésima actualización de ese discurso sobre los sueños incumplidos cuando se deja la adolescencia atrás y se entra en la edad madura. Nada nuevo, claro, nada que Ana Diosdado no dejara ya delimitado con Los 80 son nuestros. Incluso el uso de las canciones (de las recitaciones con ritmo, más bien) como vehículo de los pensamientos, anhelos y deseos de los personajes, no tiene ningún complejo en asumir su deuda con otros autores precedentes. Sí, Peris Romano cita a Dennis Potter (palabras mayores para obras menores como la suya) y al mencionado Resnais, pero él mismo y todos nosotros sabemos que si esto se parece a algo es a lo que lleva haciendo (bastante mejor: Una hora más en Canarias sigue siendo lo más cercano que el cine español ha estado de Jacques Demy) David Serrano desde que escribiera El otro lado de la cama, Hoy no me puedo levantar y otras comedias generacionales puntuadas con una playlist nostálgica. Acaso si Los miércoles no existen, que tiene un buen reparto, hubiera asumido sin complejos que era una película de David Serrano, otro gallo nos habría cantado.

    A favor: Alexandra Jiménez sigue siendo un valor extra.

    En contra: no ha sabido huir de sus más facilones tics teatrales.

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