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    Felices 140
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    3,0
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    5 Críticas del usuario

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    serbli
    serbli

    3.810 usuarios 130 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 10 de abril de 2015
    Algo me pasa con las películas de Gracia Querejeta y es que me encanta como saca lo mejor de los actores, me gusta como cuenta la historia, me gustan sus historias..... pero me crea tantas espectativas que al final se va deshinchando y me deja a medias.

    Felices 140 es una buena película, bien montada y entretenida. Pero tiene tanto potencial que podría haberse convertido en el referente del año.

    Maribel Verdú genial como siempre pero quizás no brilla tanto porque el resto del reparto no se queda atrás.
    ¡Que grande es Marian Álvarez!
    Marta F.
    Marta F.

    99 usuarios 38 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 21 de abril de 2015
    Felices 140 es una película de personajes memorables, actual, y con un ritmo y unos giros que aceleran las pulsaciones del que está en la butaca. ¿Lo mejor? Que esta historia no termina con los créditos finales. El espectador sale de la sala cuestionándose muchas cosas sobre los personajes y lo más importante, sobre uno mismo. Y es que esta perturbadora historia lleva implícita una pregunta ¿Qué habrías hecho tú?
    Charlie W.
    Charlie W.

    12 usuarios 17 críticas Sigue sus publicaciones

    2,5
    Publicada el 28 de abril de 2015
    Chapó a todas proyecciones en las que impertérritos ante lo acontecido, desleídos y embobados por lo excepcional de sus fotogramas, encajamos de mala gana, todavía pegados a la butaca, que la última secuencia que salió hace ya tantos segundos que seguramente seamos los únicos espectadores que permanezcan en la sala, escape para ser devorado por los créditos del final, esos que nos despiertan de tan dulces instantes y que ponen el “The End” a nuestra inolvidable tarde de cine.
    Aunque ese arrebatamiento casi inconsciente de quedarse pegado al asiento, a veces no es tanto producto de la mil veces plausible filigrana proyectada, sino más bien fruto del tópico que reza eso de: “¿Pero, este es el final?” Y es que, quien más y quien menos se ha arremangado al final de alguna proyección a elucubrar acerca de qué pondría en esta escena, qué quitaría de la otra y de cuántos cadáveres sería necesario añadir o no, para que la cosa adquiriese ese peso específico que a juicio personal, el guionista de turno no ha sabido darle.
    “Felices 140”, se presenta ya en su irónico y doble intencionado título, como el gancho perfecto con el que de seguro morderemos esa apetecible carnada provista de un premio millonario recién horneado y listo para ser devorado por lo más ruin de la raza humana, y que al efecto, Gracia Querejeta ha escrito al alimón con Antonio Mercero.
    La primera parte de la película se enreda, y digo se enreda, porque el tedio hace amagos de apoderarse de uno, en este para mí, demasiado extenso entrante de amigos que se vuelven a encontrar, de sentimientos encontrados o no, y de fruslerías varias a cargo de este personaje con el otro, el otro con este y este con aquel. Sin embargo, a mitad de la cinta, hay un suceso de gran notoriedad que espanta definitivamente a ese hastío amenazante y que de manera inmediata nos hace salivar ante lo que viene a continuación.
    Quizá esa salivar desmedido no estuviese en consonancia con un plato, para mi gusto, poco hecho, bien sazonado pero que acusa esa merma de minutos de cocción. Y es que quizá Mercero aquí necesitara capítulos y no secuencias para reivindicarse como lo hiciera en su afamado “Verano azul”, y así poder sacar mucho más partido a una trama que se presta y tanto a ello. O tal vez no, y solamente hubiera sido necesario eso que comentaba al principio de elucubrar con otros posibles finales, de esos a los que añadir o quitar una coma fuera motivo de castigo divino. Esos que sí han llegado a colmar las expectativas de un espectador que esta vez tuvo que reescribir en su imaginación un guión al que sus creadores dejaron huérfano de alguna que otra emocionante escena.
    Lourdes L.
    Lourdes L.

    1.846 usuarios 101 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 9 de agosto de 2015
    "Madre, yo al oro me humillo, él es mi amante y mi amado, pues de puro enamorado ando continuo amarillo, que pues doblón o sencillo hace todo cuanto quiero, poderoso caballero es Don Dinero..."
    Amigo, término que se usa para designar aquel individuo con quien se mantiene una amistad; amistad, relación de tipo interpersonal que mantienen dos o más personas que se caracteriza por el afecto, cariño y el amor que los involucrados se profesan entre sí, a lo cual se puede añadir el respeto, admiración y roce madurado por los años a través de todos esos momentos de alegría, diversión y placer compartidos en unidad estable de grupo sólido y querido.
    Hasta que llegó Don Dinero y se hizo con el control de las almas de unos sanos individuos convertidos en deleznables alimañas a la caza conjuntada de la presa, mismo rostro, con mente fría y corazón de piedra, pues es mucho el rencor silenciado durante tiempo, fingido por apacible armonía que hacía fáciles las cosas, ahora innecesaria sencillez de ocultar los verdaderos sentimientos pues, la oportunidad de los hechos permite olvidar la educación social de las formas para dar lugar a las verdaderas maneras del lobo y la rapiña en plena persecución de la víctima quien aturdida, injuriada y a la defensiva nada puede hacer para librarse de la trampa en la que ella, por estropicio de sensibilidad desbordante e incontrolada, cae sin remedio ni escape.
    De la honra al desprecio un acto, del elogio al insulto dos segundos, del recuerdo al olvido la posibilidad de alcanzar el sueño de una vida de riqueza y fortuna aunque sea a través del sacrificio de un amigo pues, tiempo habrá para consolarse de dicha ausencia con todo lo que la pasta, contante y sonante, pueda proporcionar.
    Gracia Querejeta plantea un giro inesperado a la dulce, cordial y encantadora reunión de amigos, un destape de caretas cuyo veraz, sentido y moderado guión va a la par de las francas, absorbentes e intimistas interpretaciones -con una estupenda Maribel Verdú en su postura resignada-, madurez actoral que se refleja en cada escena, con ese relajado andar que se vuelve fuego ardiente de ambiciosa operación matemática en una sola imagen, naturalidad y confianza de presenciar un cuadro estupendo donde cada pieza, aporte y toque sensitivo se ha cuidado con el mismo esmero que su presencia, gramática y visión de grupo.
    Juega con la reflexión humana, con el desdén callado, te mueve por la ofensiva y ruin tragedia cuyo inicio es una grata comedia de románticos apuntes, profundiza en la herida cultivada, durante décadas, de quienes decían tenerse apego y querencia, para concluir en un estudio de la esencia humana donde nadie parece salvarse de parecer una sabandija con hambre, todo un complot de matices risueños y amables que vira hacia la venta de lo que haga falta pues todo se compra y todos tienen una etiqueta con un precio disponible.
    Sin duda, lo mejor de la cinta es la espléndida actuación de su magnífico elenco de actores que ofrece sobriedad, apetencia y curiosidad a esa primera parte más lisa y llana, hasta que los eventos trascienden lo esperado y la intriga e interés se mantienen ya por si solos, aunque sin superar la tenue y plácida mirada de complacencia moderada.
    En todo momento suscribe la serenidad y calma como sus adjetivos estandartes, incluso cuando la máxima explosión ha tenido lugar y los demonios entran en acción, su postura es de sosiego y reposo, gélidad actitud visceral para un achaque que no logra el ataque de intensidad, pasíon y entusiasmo típicos de estos tirantes e inquietantes decisivos momentos; cuidado paisaje, esmerada puesta en escena, óptimos invitados a la fiesta y disfrute de todo su recorrido aunque, en el punto álgido no hubiera estado mal algo más de ahínco, arrebato e ímpetu; en su lugar opta por la prudente representación de un delirio comedido, sentido a medias que provoca la pactada locura de quien negocia con respiración pausada, tranquilidad calculada y mente gélida el futuro a tener por delante.
    Gusta y place, puede que no tanto como debiera pero, es tal el gozo de observar la pantalla cuando es abordada por expertos en el arte de su profesión, que se quita importancia al hecho de que la suavidad no alcance plenos de fogosidad esperada; viva excitación insinuada/no servida que, aún así, deja un cálido y afectivo, acogedor y sabroso recuerdo del encuentro.
    Tres días que incluyen bonanza y tempestad, prosperidad y amargura, entrar distendido para salir estremecido y crispado de quién es quién, amarga verdad que no estropea una vida futura.
    Sólida y segura sólo se moja los pies y las manos, no se atreve a arrojarse, sin precaución, a la piscina, se queda "a vora" donde no cubre y hay flotador a mano, por si acaso; aún así, se la quiere, aprecia y estima.
    "La amistad perfecta es de los buenos y de aquellos que se asemejan por la virtud; ellos se desean el bien mutuamente en el mismo sentido"..., ¡ya sabía yo que en algo fallaba!
    cine
    Un visitante
    3,5
    Publicada el 24 de abril de 2015
    De nota, un notable. La premisa de la película es buena y tiene un gran potencial. Aunque también creo que hay momentos y diálogos algo prescindibles (y para mi gusto riza el rizo), pero en general es una película fácil de ver, que entretiene, que sorprende y que además es bonita al ojo. El elenco, en general, muy bien, excepto alguno que flaquea.
    ¡Espero que os guste!
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