Cuando sus compañeros mueren envenenados, el pequeño carnívoro emprende un viaje hacia el sur movido por su propio instinto de supervivencia. Así, siguiendo el curso del Río Grande, el animal sigue el camino hacia Sierra Morena, donde se verá acechado por el hombre y se encontrará cara a cara con el lince, su peor enemigo. Flamencos, fumareles, moritos, espátulas, cigüeñas negras, águilas, ginetas y un sinfín de viajeros, le acompañarán en esta aventura.
El río de la vida
por Paula Arantzazu Ruiz