La cueva en la que se ambienta la película existe en la isla de Formentera y tiene más de un kilómetro de pasillos y galerías subterráneas. Cada vez que los actores y el equipo salían se les tenía que quitar el barro y curar las heridas hechas al arrastrase y moverse entre las rocas.
Alfredo Montero se pasó días entrando y saliendo de la cueva mientras escribía el guión dentro de sus galerías. Según sus propias palabras "primero fue la idea, después la cueva y por último, el guión".
A pesar de que la película se terminó de rodar en 2012, no se ha estrenado hasta el 2014 porque cuando se presentó en el Festival de Sitges, la productora Montera Films decidió financiarla si hacía algunos cambios. Del metraje original sólo quedan 40 minutos, el resto están grabados desde cero durante los dos años de diferencia.