La fiesta de despedida es una película germano-israelí dirigida por Sharon Maymon y Tal Granit que aborda el tema de la eutanasia.
Cuenta la historia de Yehezkel, un hombre de 75 años que vive en una residencia de ancianos de Jerusalén. Max, su mejor amigo, se encuentra en estado terminal y quiere morir en paz, por lo que Yehezkel está decidido a cumplir su deseo.
Ante las objeciones de su esposa, Yehezkel y la mujer de Max se reúnen con el veterinario Daniel y el policía jubilado Raffi Segal para llevar a cabo su misión, pero al final ninguno se atreve. Sin embargo, Yehezkel, que había sido ingeniero e inventor, decide construir una máquina de ‘auto-eutanasia’ con el propósito de ayudar a su amigo.
La Crítica de SensaCine
2,5
Regular
La fiesta de despedida
Comedia gris
por Xavi Sánchez Pons
La comedia negra es un género que ha dado grandes títulos a la historia del cine. Y en España de eso sabemos un poco. Solo hace falta echar un ojo a nuestro Rafael Azcona y sus guiones para Luis García Berlanga y Marco Ferreri, cumbres de la risa nerviosa como El cochecito y El verdugo, entre otras obras maestras. Reírse de lo que se supone que no es gracioso es un arte, y Azcona lo hacía como nadie, con un lápiz afilado y profundo, sin trivializar la materia de la risa, ya sea una ejecución, o un viejo inválido. La israelita La fiesta de despedida pretende jugar en esa liga, trata el tema de la eutanasia de forma atrevida, hasta divertida, pero se queda a medio camino al bajar las dosis de vitriolo y subir la emoción facilona. Vamos, es más una feel good movie que una comedia negra sobre el absurdo de la vida.
Vaya por delante que el filme de Sharon Maymon y Tal Granit, Espiga de Or...
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3,0
Publicada el 11 de octubre de 2015
La vejez y sus achaques, ¡hay quién tuviera una varita mágica o a su hada madrina!
Un tema difícil y peliagudo, más cuando tanta tristeza y desolación se intentan llevar con leves toques de ironía y acidez, cuyo humor negro resultante llega a crear un verdadero clima sádico, complicado de manejar y disfrutar pues, la sonrisa que emerge, está rodeada por excesivo dolor y sufrimiento que nadie, en una sociedad digna, debería llegar a ...
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Tal Granit y Sharon Maymon han escrito y dirigido conjuntamente otras películas como Hofesh Gadol (Summer vacation), que se estrenó en 2013 en la sección de cortometrajes del festival de Sundance y ganó el primer premio en el certamen Flickerfest Australia.Está prevista su inclusión en la lista de precandidaturas a los Óscar 2015.
Sharon Maymon
Sharon fue coguionista y codirectora del largometraje ‘A matter of size que ganó el Premio del Público del Festival de Cine de Karlovy Vary. Ahora los estudios Paramount están realizando un remake para el público estadounidense.
SEMINCI
La fiesta de despedida se proyecta en la Semana Internacional de Cine de Valladolid
La vejez y sus achaques, ¡hay quién tuviera una varita mágica o a su hada madrina!Un tema difícil y peliagudo, más cuando tanta tristeza y desolación se intentan llevar con leves toques de ironía y acidez, cuyo humor negro resultante llega a crear un verdadero clima sádico, complicado de manejar y disfrutar pues, la sonrisa que emerge, está rodeada por excesivo dolor y sufrimiento que nadie, en una sociedad digna, debería llegar a padecer en sus carnes.La frontera donde situar el límite de la soportable vida y de una merecida muerte que otorge sereno descanso final, esa bienvenida al paraíso decidido de voz propia, un botón y ¡adiós! al padecimiento de un moribundo cuerpo que se consume sin remedio, respiro para un alma que por fin puede partir, donde quiere que vaya -incluso si es a ninguna parte-, y olvidarse de la tortura de una agónica existencia, ya sin sentido.No creo que abra debate sobre la eutanasia pues la pena, condena y aflicción observadas son suficientes para relegar dicha cuestión al cajón de los asuntos a resolver más tarde, a cambio de una humanidad compasiva que se intenta exponer con esa ocurrencia y gracia, que alivia los momentos más amargos, donde el abatimiento y la desesperanza se adueñan de la situación completa, ese sagaz contraste entre lo dicho y lo visto, entre lo sucedido y la situación ridícula que le precede, o aquella esperpéntica que le sucede, todo para un relax incómodo y tirante donde se expresa, con fascinación y agudeza, “el Señor no puede ponerse porque está en el baño”.“¡Ayúdame a terminar con esto!”, desfalleciente grito de súplica que encabeza esta peculiar historia israelí, atrevida y valiente, que vende en tono de comedia y sarcasmo, la gran tragedia que tiene lugar cada día cerca de nosotros, provocación inteligente y osadía incisiva para plantear lo que nadie desea, tenues risas que no se atreven a ser descaradas por la solemnidad e inconveniencia del acto, un argumento que valora, hablar y exponer con veracidad, la complicada situación que viven y atraviesan sus personajes sin olvidarse de que, en los espacios más serios y dramáticos es donde la carcajada natural surge con mayor reclamo y vehemencia.“Por dentro son como niños, sólo el cuerpo a envejecido” y esa es la gran desdicha que se sufre con la longevidad, una mente joven y sana, con ganas de proseguir, aplastada por una materia corporal que se devalúa y extingue a cada día, a cada paso, cada vez más insoportable de llevar, con esa infructuosa resistencia férrea que ya no posee ánimo ni futuro; dos puntos de vista, el del enfermo, sin poder llevar a cabo su no-escuchada voluntad, y el del exasperado familiar que convierte, en posibilidad presente, ese deseo y ansia manifiesta por terminar con el tormento, más esos secundarios que transitan por vidas, tan derrumbadas y al límite, como paseantes ignorantes que prefieren no saber pero, en cambio, juzgan con facilidad pasmosa e inapropiada dureza.Sensible y emotiva en los sentimientos que genera, resistente y sólida en el contenido que trata, perspicacia para plasmar ambos lados con sabio abrazo, firme resolución y una destreza de planteamiento que envuelve y no te suelta; vas a estar pendiente de estos cabales abuelos, de sus actos y maniobras, de su ansiedad y comprensión, de su astucia y maquinación para conseguir, por cuenta propia, esa urgente ayuda que nadie se quiere molestar en conceder, pues parece que todos tengan más derecho que ellos a decidir sobre su propia muerte; ternura para con los amigos, cobijo para con los desconocidos, amparo mutuo en situación de necesidad extrema que, a pesar del aspecto cómico y divertido con el que se disfraza, duele en el alma por su caminar fúnebre y siniestro.Según tu sensibilidad y afecto del momento, de ese delicado tiempo de su consumo y digestión, la cogerás con más fervor o menos, reconociendo, siempre y por todas, que es un relato audaz y arriesgado que expone, sin tapujos ni vergüenza, una realidad cercana y consabida, muy presente en la memoria.Buenas sensaciones y un merecido aplauso para Tal Granit y Sharon Maymom.lulupalomitasrojas.blogspot.co...
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