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    Creative Control
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Creative Control

    Alucinación high-tech

    por Paula Arantzazu Ruiz

    En una de las imágenes más significativas de ‘Creative Control’, Benjamin Dickinson nos enseña a David, un creativo publicitario, trabajando a la vez en tres conversaciones de mensajería instantánea, mientras observa el último montaje de un anuncio que va con retraso y mantiene una conversación con un músico con el que colaboran en la campaña de unas gafas de realidad aumentada. Aunque el cada vez más habitual multitasking forma parte de la diana a la que Dickinson lanza sus dardos, en ‘Creative Control’ más bien quiere ser un fresco distópico sobre la invasión de lo tecnológico en nuestro día a día. Y como ello afecta irremediablemente a nuestra percepción del mundo y de la realidad.

    Son cuestiones que no sólo hemos ido encontrándonos en propuestas similares, de ‘Black Mirror’ a ‘Her’, de Spike Jonze, sino que también son objeto de reflexión en obras como ‘24/7’, ensayo en el que Jonathan Crary examina cómo los nuevos sistemas de trabajo y consumo producen como resultado sociedades en perpetuo movimiento, sin descanso y, por tanto, trastornada al no ser capaz de discernir entre ciclos de día y noche, acción y sueño. Una alucinación high-tech. Algo así le sucede a David, que acaba enamorándose de un avatar virtual que crea en las gafas de realidad aumentada, suerte de muñeca sexual clon de la novia del mejor amigo del protagonista. Estresado por el agobiante volumen de trabajo y por la crisis de pareja que sufre, David huirá de sus responsabilidades para abrazar la VR como vía de escapismo.

    La manera en que Dickinson filma esa huida hacia delante es sin duda lo mejor de la película: a la elegante fotografía en (casi siempre) blanco y negro se le suma un diseño de producción pulido e higiénico, mientras que también cabe reseñar su montaje y una pulcra banda sonora (de Handel a Bach) que incide en el ambiente elitista en el que se mueven los personajes. Clases de yoga, fotografía de moda, fiestas explosivas, exposiciones en la galería más hip de la ciudad. Si los escenarios de Creative Control dan cuenta de la banalidad que rodea a los protagonistas, sus conversaciones, en ocasiones demasiado cargantes, también llevan los marca como animales frívolos y desquiciados.   

    A favor: Su diseño de producción.

    En contra: Sus diálogos (no todos).

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