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    Annabelle: Creation
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Annabelle: Creation

    Muñeca diabólica

    por Xavi Sánchez Pons

    Corren buenos tiempos para el terror mainstream de calidad. Y es que tras el estreno de It y la llegada ahora de Annabelle: Creation, queda claro que el terror comercial también puede ser muy bruto y funcionar bien en taquilla. Escrita por el mismo co-guionista de la adaptación de la novela de Stephen King que está superando toda clase de récords de recaudación, esta precuela de la simpática Annabelle (una película mejor de lo que se dijo en su momento), comparte muchas cosas con el payaso Pennywise y el Club de los Perdedores: aquí también hay unos adolescentes en peligro, y la parte sobrenatural se utiliza inteligentemente como metáfora para explicar los miedos que afronta un grupo de huérfanas y la monja que las cuida al llegar a una aislada casa en la América Profunda. Es más, la cinta de David F. Sandberg –autor de la resultona Nunca apagues la luz- combina con elegancia su condición de tren de la bruja y su faceta alegórica, algo que la convierte, sin duda, en una de las mejores películas de género del año. 

    Ojalá todo el terror que se hace con presupuestos holgados fuera así. Sandberg brilla como sabio planificador de inquietantes set pieces de horror–James Wan produce y se nota su consejo-, y muy pocas veces echa mano de esos jump scares tan bruscos que suelen afear una buena atmosfera creada con paciencia gracias a sabios movimientos de cámara. La concienzuda presentación de todas las estancias de la casa donde luego tendrá lugar la acción, imágenes poderosísimas como la de la niña enfrentándose a la amenaza diabólica con una pistola de juguete, el guiño leído a La oscura noche del espantapájaros –referencia clarísima del nuevo filme de Sandberg-, o el uso magistral que hace del miedo atávico a la oscuridad, convierten esta precuela en un triunfo absoluto. Ahora bien, esta nueva Annabelle también funciona cuando se desmelena y relaja su discurso, y es que sus últimos 25 minutos son una auténtica montaña rusa que apuesta por la verbena sin perder savoir faire y pegada. 

    Como historia de orígenes de un monstruo, la muñeca Annabelle que vimos en Expediente Warren: The Conjuring, es modélica y no defrauda. Y con el breve cameo de la monja demoníaca de Expediente Warren: El caso Enfield, próximo spin-off de la saga, confirma que el universo expandido de la franquicia The Conjuring promete dar muchas alegrías a los fans del cine de sustos. 

    A favor: La clase que aporta al terror festivo. 

    En contra: Que su condición de precuela genere injustos prejuicios sobre su calidad.

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