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    Juerga de mamis
    Críticas
    2,5
    Regular
    Juerga de mamis

    Noche (más o menos) fuera de control de unas (no muy) malas madres

    por Daniel de Partearroyo

    Absolutamente nada en contra de tirar de agenda para hacer películas. Sobre todo si se trata de comedias, donde –ya desde antes de la creación de la etiqueta de Nueva Comedia Americana y sobre todo después de su eclosión en las primeras décadas del siglo XXI– hemos podido comprobar que el humor sale mejor entre colegas. Y si se consigue que chistes nacidos en el ámbito de la broma privada consigan trascender y expandirse hasta resultar eficaces con el público general, los resultados pueden ser mágicos. Sin embargo, el debut en el largo de la cortometrajista Alethea Jones con el primer guión de Julie Rudd se queda a mitad de ese camino, simplemente en el proceso de reunión de talentos medianamente solventes y conocidos resultones pero con poco material atractivo entre manos. Como si espiaras un grupo de WhatsApp lleno de gente guay para descubrir que sus conversaciones son monótonas y aburridas. 

    Pero no carguemos todas las tintas sobre Jones y Rudd –pareja de Paul Rudd, quien aparece como pilar de apoyo en uno de los mejores cameos de la película–. Quizás el mayor problema de Juerga de mamis, una comedia demasiado blanca y serena pese a llevar clasificación R (adultos) en EE UU –es lo que consigues con unos cuantos tacos y consumo recreativo de estupefacientes–, es que llega en medio de una corriente de comedias pretendidamente irreverentes y groseras con protagonistas femeninas donde la homogeneidad de los productos agota toda su posible energía. Después del agotamiento del modelo masculino que se encargó de exprimir la saga Resacón en Las Vegas, los estudios interpretaron el éxito de La boda de mi mejor amiga (Paul Feig, 2011) como una señal para facturar la misma fórmula cómica envolviéndola en papel de regalo para el público femenino: de ese modo, incluían explícitamente a la mitad de la población mundial en su público potencial y hasta se colgaban alguna medalla de igualdad. Claro que, ¿qué ha significado esta "feminización" (con perdón) de la comedia destrozona? Pues tratar supuestos temas de mujeres, que según parece se restringen exclusivamente a las bodas –Despedida de soltera (Leslye Haeadland, 2012), Una noche fuera de control (Lucia Aniello, 2017), Girls' Night Out (Philippe Gagnon, 2017), incluso la española Cómo sobrevivir a una despedida (Manuela Moreno, 2015)– y la maternidad –Malas madres (Jon Lucas & Scott Moore, 2016), esta Juerga de mamis–. Hay límites cuya ruptura deberemos confiar a otro tipo de cineastas, de Lake Bell a Justine Triet. 

    Volviendo a Juerga de mamis, lo que nos propone es seguir a Katie Aselton, Toni Collette, Bridget Everett y Molly Shannon, todas ellas madres de infantes en edad escatológico-apocalíptica, durante una noche de fiesta mientras padres más divertidos (Adam Scott, Rob Huebel) se encargan de cuidar a la prole. El esquema cómico es tan similar al de Malas madres que bien podrían tratarse de la manifestación del mismo filme en realidades paralelas. Está bien que el subgénero construya sus bases para reafirmarse, pero esperamos que la próxima película de estas creadoras consiga aportar algo de voz propia a un panorama que, en apenas un lustro, ya resulta tan saturado como el de sus homólogos masculinos. 

    A favor: Pese al poco bagaje y la losa formulaica, es una comedia agradable y entretenida. 

    En contra: Sabe a refrito de descartes de otras comedias del mismo estilo estrenadas en los últimos años.

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