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    Lumiere! Comienza la aventura
    Críticas
    5,0
    Obra maestra
    Lumiere! Comienza la aventura

    La primera luz sobre la pantalla

    por Paula Arantzazu Ruiz

    ¿Cuánto había ya de los 120 años de cine en las primeras películas que filmaron los hermanos Lumière? Tras ver, disfrutar y sentir la emoción con ¡Lumière! Comienza la aventura se cae en la cuenta de que en realidad todo estaba ya allí: en esos 50 segundos en formato 35mm de cada una de las peliculitas de la pionera casa francesa. El cine del asombro, el gag cómico, el cine experimental, el trucaje ilusionista, el cine fantástico, el remake, las correspondencias entre arte y cine, el cine abstracto, la puesta en escena, en definitiva. Absolutamente todo, nos dice un Thierry Frémaux director y narrador, estaba allí, en el nacimiento del cinematógrafo. En el de esa primera luz (sobre la pantalla). 

    Si pocas cosas hay más emocionantes que volver la vista atrás en el archivo del cine y descubrir con asombro ese cine temprano, filmado antes de que el modo de representación institucional quedara implantado junto al concepto de relato fílmico, asomarse a la producción Lumière es doble, triple, cuádruplemente espectacular. Frémaux rescata 108 filmes de 50 segundos cada uno (de una colección que comprende a día de hoy más de 1400 trabajos) para exponerlos de manera diáfana y para todos los públicos en un documental estructurado episódicamente que nos habla de los Lumière, de su cine y del lugar del mágico invento en el arranque del siglo XX: la expansión de la urbe moderna, las ferias y exposiciones universales, la mecanización de la sociedad, la fiebre colonial, la visibilización del mundo, en suma.

    Otro dato nos ayuda a alabar aún más la película de Frémaux, capítulo final de una aventura que nació en 2015 bajo la forma de una exposición en el Grand Palais parisino que celebraba los 120 años de historia de aquella primera sesión cinematográfica abierta al público en el Salon indien du Grand Café. Tras aquella muestra y la restauración en 4K para el ámbito doméstico de cerca de 200 filmes de los Lumière, el documental se presenta como corolario de los fastos, pero también como un artefacto que recuerda lo mucho y lo bien que cuidan (y promocionan) su cine nuestros vecinos franceses. No en vano el Festival Lumière, enfocado al cine clásico y dirigido por Frémaux, cumple justo este 2017 una década en activo y ya como un referente en el circuito. “El cine es un invento sin futuro”, llegaría a decir el padre de los hermanos Lumière durante esa primera proyección pública a George Méliès. Está claro que no tuvo mucha visión de ídem. 

    A favor: Todo. 

    En contra: Nada.

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