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3,5
Publicada el 26 de julio de 2018
Una película con un trasfondo muy utilizado en las últimas dos décadas, pero con una forma un tanto distinta, esto es la historia de "Dos homosexuales que deben afrontar los obstáculos sociales y/o familiares para concretar su amor". Películas de este tipo siempre funcionan, más cuando el director de la cinta es un reciente ganador del Oscar con una película de la misma linea y cuando las actuaciones de Rachel McAdamds y Rachel Weisz son espectaculares. Sin embargo, la cinta no aporta nada nuevo al género, aparte de su contextualización judía.
Una película que entretiene, pero además conmueve. Desde el principio te hace sentir parte de la historia. Quizás sea porque el lento avance de la película, la fotografía y el silencio de sus escenas (hay mucho) nos hace sentir como si estuviéramos recordando esa historia que ocurrió hace años y que de repente nada se volvió a saber de ella. No se sirve de argumentos melodramáticos demasiado (ni siquiera algo) bruscos o "violentos"... La película cuenta la historia de forma suave, y en cierto modo nos atrae poco a poco, haciéndonos sentir esa felicidad de reencontrarse con un pasado que se añoraba, o con algo nuevo que crea ilusión. Hay momentos en los que uno sonríe, y otros en los que simplemente se desconcierta al ver lo patriarcal (y opresor) del ambiente que rodea a los protagonista. Esa precisamente es una de las grandes victorias de una película, que en ocasiones se recrea con el melodrama de una forma suave (pero lo hace). Aún así, la fuerza interpretativa de las dos protagonistas no nos hace que nos aburramos en el continuo (y reiterativo) desenlace de la película. Un trio amoroso que a pesar del contexto da la sensación de ser una amistad que nunca se ha perdido, aunque la distancia y el tiempo opinen lo contrario.