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    Ancien y el mundo mágico
    Críticas
    3,5
    Buena
    Ancien y el mundo mágico

    Más allá de los sueños

    por Marcos Gandía

    La excelente salud de los dibujos animados japoneses, el anime, queda de nuevo expresada con el estreno, tras su triunfo en el festival especializado de Annecy y su paso por la sección Anima’t de Sitges 2017, de esta joya titulada Ancien y el mundo mágico. Más allá de una factura que no presenta ningún tipo de discusión (y menos si se comete la frivolidad, comprensible, de compararla con lo que nos ha llegado y llega de los fundamentales estudios Ghibli), la película es otra vez el ejemplo palpable de la maravillosa capacidad de la cultura (en este caso el cine, sea de animación o no) nipona por adentrarse en el universo de lo irreal, de lo fantástico, con una sencillez tan desarmante que consigue que creamos que todo lo mágico existe.

    Y lo mágico en Ancien y el mundo mágico tiene que ver nuevamente con esa dualidad entre modernidad (las olimpiadas del 2020 en Tokyo que son el marco realista de la historia) y tradición, folclore (esa otra dimensión de cuento de hadas que remite a las leyendas fundacionales de Japón). De cómo la encantadora protagonista va desconectando poco a poco, vía tránsito por el universo onírico o el de las visiones y transfiguraciones (podríamos ver algo religioso, panteísta en ello, pero el film lo obvia), de esa realidad, cotidianidad (sin traumas: no es una marginal, no es diferente, no es una outsider), a una fantasía con princesas y seres imaginarios (o no), versa la cinta. Sin dejar de resultar divertida o de saber pulsar el botón de la fascinación por la aventura, por esa zambullida en un mundo paralelo al nuestro, Ancien y el mundo mágico plantea algo más cercano a un discurso menos infantil (o no): el papel de los padres y de la sociedad como castrantes figuras de la imaginación de los niños y prepúberes seres. 

    Sin embargo, el film no es excesivamente cruel hablando de ello, no necesita convertir a los progenitores en cerdos como en El viaje de Chihiro (ya puestos a comparar…) y sí buscar en ellos, en el fondo de sus almas, esa magia, decididamente infantil, que todavía late, brilla como el ascua de un fuego todavía no extinguido. Así, el descubrimiento de secretos de familia será algo que redondee este precioso viaje por la fantasía, por lo fantástico que tenemos dentro de nosotros, con esa capacidad para la sorpresa y lo creativo del cine japonés. 

    A favor: Su sentido de la maravilla y galería de personajes. 

    En contra: Que la comparen (para peor) irremediablemente con el cine de Hayao Miyazaki.

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