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    Los Fabelman
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    Johan600
    Johan600

    5.943 usuarios 596 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 11 de febrero de 2023
    Una auténtica Obra Maestra. Steven Spielberg nos ha traído su película más personal y más maravillosa de toda su carrera.
    Los Fabelman me ha encantado muchísimo pero muchísimo es una de las mejores experiencias cinematográficas que he tenido. La dirección y el guión de Spielberg fascinante, la banda sonora impresionante y la fotografía una maravilla y las actuaciones del cast impresionantes pero más en especial la Gabriel LaBelle y Michelle Williams son maravillosas se merecen un oscar. Una película muy maravillosa. En resumen de Los Fabelmans trata sobre la superación y alcanzar tus sueños y eso me encantó muchísimo y es muy emotiva y muy triste. Es y será una auténtica Obra Maestra y de las mejores películas de Steven Spielberg. Una película muy maravillosa y muy impresionante.
    He amado y amaré infinitamente esta Los Fabelman❤️😍📽
    Iván Cerezo Cabeza
    Iván Cerezo Cabeza

    1 usuario 3 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 11 de febrero de 2023
    Nunca, quien escribe estas palabras, ha sentido una conexión tan inmensa con una película. Una especie de comunión, de unión entre almas, entre la mía y la del propio Spielberg. Ha sido una revelación espiritual. Los Fabelman es una película muy difícil, muy difícil de hacer, de unir y de juntar una serie de fragmentos de recuerdos que funcionen entre sí, y también muy difícil de hacer que esos fragmentos sean atravesados por una confesión de Spielberg a su audiencia sobre lo que el cine ha supuesto para él en su vida y sobre lo que ha sido su vida infantil y adolescente que tanto le han marcado. Un ejercicio complejo de desnudez.

    Con ojo avizor se puede ver que a Los Fabelman la forman dos dimensiones: una primera los hechos, lo que le ocurrió a Spielberg y a su familia en esos años, y, en un terreno más de metalenguaje, otra del Spielberg de 76 años que está recordando en su memoria esos hechos y que le sirven para sanar sus heridas. Lejos del autobiopic, Los Fabelman es la obra de Spielberg para recordar a sus padres, para perdonarles, mientras narra a la vez cómo el cine fue (y es en 2023) una herramienta que le ayuda a seguir viviendo. Como espectador es un absoluto privilegio asistir a una confesión tan íntima por ambas partes de uno de los mejores directores que la tenido la historia del cine. De esta forma Los Fabelman es una complejísima filigrana que Spielberg la cuenta de forma aparentemente simple como un mágico juego de malabares, con unas imágenes tan bellas, tan narrativas, tan absolutamente deslumbrantes y conmovedoras que es imposible explicar con palabras. Es un continuo derroche plástico cinematográfico ver cómo Spielberg esculpe en el tiempo, cómo sabe coser con imágenes su historia, cómo encuentra siempre la manera exacta y genuina de trasmitir el complejo subtexto al espectador de una forma envidiablemente simple. Es literalmente el mayor espectáculo del mundo. Y lo lleva a terrenos no solo de conexión y empatía con sus personajes, sino también de conexion del espectador con la mente de Spielberg, con su alma y su corazón.

    Más allá de lo que se ha hablado sobre el testamento en imágenes que es Los Fabelman para entender y revisar la obra del director, me interesa señalar unos apuntes sobre cómo Spielberg consigue esa complejidad casi divina y esa conexión íntima con el espectador. Uno de los primeros momentos se revela cuando Sammy no puede sacar de su cabeza las imágenes y sonidos de la película de De Mille; o cuando más adulto está presente en la muerte de su abuela y hay un zoom in a modo de mirada a los últimos bombeos de sangre de su familiar; o cuando filma sus películas y las monta en moviola está siempre presente la música pop de esos años o la música que todaba su madre en casa en el piano. La película de esta forma se adentra en el terreno fantástico de los recuerdos, como si Spielberg se sentara al lado tuyo, cerrara sus ojos y le surgieran imágenes y sonidos de su vida que tú pudieras ver y escuchar.

    Uno de los momentos más hondos que se plasman en pantalla son la últimas apariciones de sus personajes centrales, como si Spielberg se despidiera de ellos. En esos momentos todo es puesta en escena: Cuando su tío artista se va en taxi, después de señalar a Sami con el dedo, este echa la vista atrás casi mirando a cámara. En la última aparición del personaje de Seth Rogen, Sam no puede ni escucharle ni mirarle porque ha descubierto que el supuesto amigo de su madre será la pieza clave del derrumbe del matrimonio de sus padres. En esa escena Sami está dispuesto a renunciar al cine, pero el personaje de Roger encuentra el momento para abrazarle y hacer que se quede con la nueva Kodak. La cámara de Spielberg se sitúa en los hombros de Sami y cuando Roger le abraza sin que este quiera, el objetivo de la cámara de spielberg, su mirada privilegiada desde el hoy, graba en plenitud un rostro lleno de culpa. El Sami de 16 años no deja que se explique, ni escucha a ese personaje roto, pero el Spielberg de 76 años con su cámara le deja ahora sí que le pida perdón en un gesto tremendamente humano y al mismo tiempo parece como si le respondiera, "gracias, Bennie, por obligarme a continuar viviendo bajo los brazos con una cámara ". En la última escena con su madre, Spielberg la deja que le diga que le quiere y que le pida perdón por pensar solamente en ella y querer construir su vida a su manera causando daño a su familia. Sami la entiende y la comprende, y mientras John Williams toca el tema central, la cámara se aleja de sus personajes manifestando la distancia (esa doble dimensión de la que hablamos presente en todo el relato) revelando así cómo mientras Sami y su madre preparan para ellos solos la comida en la mesa de la cocina, la mesa del salón que ha sido escenario de encuentro de múltiples comidas familiares ahora está vacía y con las velas apagadas (un travelling es una cuestión moral suena en mi cabeza). La última escena que Spielberg le decida a su padre, un personaje que le ha dicho siempre que eso de las películas no sirve para nada y que debe emplear su vida en una cosa de provecho, le permite que por una y última vez ese personaje roto que ha perdido lo que más amaba, apoye a su hijo para consiguir el sueño que él más ha amado en un gesto de pura comprensión mutua.

    La última ¡y LEGENDARIA escena dios mío! Hace presente de forma textual y literal los dedos de Spielberg que han estado presentes durante todo el relato. Después de que un mitológico John Ford le revele la última lección sobre cine basada en la linea del horizonte, Sami sale del encuentro y se aleja por los estudios. De repente, una fuerza mayor encuadra (tal y como le había dicho Ford) de forma correcta el encuadre. "Ahora" está bien dice Spielberg, antes no, ahora sí. Ahora, después del ejercicio de exorcismo y de saneamiento del alma que es Los Fabelman, el corazón de Spielberg está en paz. Para el director, tal y como te muestra su nueva película, el cine le ha servido para crear espectáculo, para hacer parecer al espectador que lo que ve 24ips es real, para volcar su ira y sus sentimientos, para conseguir que el espectador sienta lo que él quiere que sienta, y ahora, en 2023, para grabarse así mismo y para recordar y perdonar a sus padres.

    Puede que no siempre todos su pasajes sean perfectos, pero es absolutamente increíble, es la historia de Spielberg, es nuestra historia, es historia del cine, es cine CON MAYÚSCULAS.
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