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Un visitante
2,5
Publicada el 16 de febrero de 2022
Una recreación histórica que desmitifica la solemnidad de la batalla medieval pero que queda corta con la amplitud del desarrollo narrativo que desemboca en esta, un Ricardo V políticamente correcto que trata de dignificar su cargo pero que al querer abarcar tanto poco aprieta siendo el personaje más desarrollado tómese en cuenta como está el resto, en conclusión una reinterpretación histórica que como Netflix nos tiene acostumbrado se queda a medio camino en algo que hubiera sido más decente .
The King reafirma a Timothée Chalamet como uno de los intérpretes jóvenes más interesantes de su generación. En esta adaptación histórica de Netflix, encarna a un Enrique V reticente, obligado a asumir el trono en un contexto de intrigas y violencia. La película adopta un enfoque contemporáneo de la historia medieval, apostando por la introspección y el realismo antes que por el espectáculo grandilocuente, y se centra en los dilemas éticos que acompañan al poder. La actuación de Chalamet destaca por su contención y profundidad: muestra a un rey en transición, desde la fragilidad juvenil hasta una firmeza endurecida por las traiciones. Su trabajo evita el estilo teatral de otras versiones del personaje y se inclina por una interpretación más íntima y psicológica. Además, su decisión de seguir colaborando con proyectos más artísticos que comerciales refuerza su reputación como actor que prioriza la calidad sobre la fama. No obstante, The King tiene un ritmo irregular. Aunque el reparto secundario —con Joel Edgerton, Sean Harris y un excéntrico Robert Pattinson— aporta bastante fuerza, la narrativa se estanca por momentos y algunas escenas se alargan innecesariamente. La fotografía fría y gris apoya la atmósfera, pero también puede resultar opresiva. A nivel visual, la película es convincente en su recreación histórica y en su batalla final, aunque no siempre logra una inmersión total. En conjunto, es un drama histórico sólido pero no del todo memorable. Su tono contemplativo, más que su acción, define la experiencia. Aun así, la presencia de Chalamet le da un peso emocional que la eleva, ofreciendo un retrato sobrio del aislamiento y la responsabilidad que conlleva gobernar.