"El Padrino. Parte II" es una magistral secuela del clásico "The Godfather" (1972) dirigida por Francis Ford Coppola y protagonizada por Robert De Niro y Al Pacino. Segunda parte de la historia de los Corleone, narrada en dos historias paralelas. En la primera, se narran los orígenes del patriarca Vito Corleone en su natal Sicilia y su posterior viaje a Estados Unidos, empezando desde abajo para convertirse en jefe de la mafia neoyorquina. La segunda historia cuenta la elección de Michael como sucesor de Vito y el declive de la familia. Por encargo de Francis Ford Coppola, Mario Puzo comenzó a escribir un guión para una secuela de "The Godfather" (1972) incluso antes de su estreno, en diciembre de 1971, cuyo título inicial era "La Muerte De Michael Corleone". En perspectiva, el director reconocería posteriormente su audacia a la hora del encargo al notable novelista ítaloamericano, sobre todo teniendo en cuenta los complejos pasajes que experimentó y sufrió durante la producción de la cinta. Los ejecutivos de Paramount que se le habían opuesto fieramente criticando su falta de éxito comercial antes de hacerse con la dirección del film y un excesivo tratamiento de la violencia en el resultado final, además de quejarse por la cantidad de pruebas de cámara que Coppola realizaba y su negativa a dejarse pautear en cuanto a la elección de los actores y las locaciones de la película.
Lo cierto es que el descomunal éxito de crítica y taquilla que supondría el film, las premiaciones en los Oscar, Globo de Oro y BAFTA y sus más de US$245 millones en recaudación, le otorgaría a Coppola una posición y estatus sólido para imponer sus propias condiciones y descartar cualquier tipo de intervencionismo por parte de los ejecutivos de Paramount. En este contexto, más bien el riesgo que estaba asumiendo el director ya no vendría del gigante productor y distribuidor de cine fundado en 1912, sino del reto que significaba superar lo insuperable o al menos no fallar en el intento. Coppola, que se encontraba literalmente en un estado de gracia por aquel entonces, tenía en mente que el leitmotiv de la secuela narrara dos historias paralelas en diferentes épocas sobre el origen de la familia Corleone a principios del siglo XX y su presente en la década de los 50s, tras el retiro y posterior muerte de Vito Corleone y el ascenso de su Michael como su sucesor. Puzo se abocaría, entonces, a la tarea de desarrollar esta idea y conseguir resultados satisfactorios, sobre todo después de haberse quedado, junto a Coppola, con el Oscar y Globo de Oro al mejor guión adaptado. En consecuencia, el guión de "The Godfather Part II" asumiría el desafío no sólo de proponer una secuela sólida y digna a su predecesora, sino de superarla como relato cinematográfico. Su objetivo narrativo esencial era establecer un paralelismo de naturaleza diacrónica en cuanto al poder ostentado por la familia Corleone respecto a "The Godfather" (1972), es decir, desde la ascensión al poder de la familia, pasando por su cúspide y finalmente su decadencia.
Sin embargo, al mismo tiempo, el relato asume una propuesta alegóricamente sincrónica en cuanto a mostrar cómo padre e hijo ascienden y manejan el poder en instancias distintas, pero a la misma edad, haciendo hincapié como la violencia, la traición y la lealtad los van moldeando y convirtiendo en padrinos de la mafia ítaloamericana. Por tanto, el film es una precuela y secuela al mismo tiempo. Si "The Godfather" (1972) no se guardaba nada en cuanto a realismo y violencia en atentados y asesinatos, su secuela iría un paso más allá al mostrar secuencias brutales como el icónico prólogo de la madre de Vito que visita al asesino de su esposo Antonio y su hijo Paolo, Don Ciccio para rogarle que no asesine a Vito. Ante la negativa del viejo mafioso, la madre se sacrificará amenazando al viejo para que Vito pueda escapar y ser escondido por algunos lugareños, quienes le ayudarán a embarcarse a Estados Unidos. Dicha secuencia, filmada con oficio y maestría por Coppola, no sólo enganchará al espectador para que siga con detención la primera de las dos historias que conforman "The Godfather Part II" (1974), sino que también ejerce como declaración de principios de una secuela que tiene como único objetivo mejorar lo inmejorable de su precuela, que es asegurar un ritmo perfecto desde el principio y así asegurar la lealtad del espectador. Coppola demostrará tener todo bajo control con el subsiguiente salto a la fiesta de primera comunión de su hijo Anthony a finales de los 50s, con Michael Corleone intentando asegurar el control de otro casino en Las Vegas negociando con el grosero senador Pat Geary, secuencia impregnada de suspenso por la inminente respuesta de Michael al desprecio del congresista.
A partir de entonces, el director narra con maestría ambos relatos yustaponiendolos uno al otro como si de una trenza narrativa perfecta se tratara, con la complicidad visual de un siempre genial Gordon Willis. El ritmo al que somete ambos segmentos nunca decae en interés teniendo ambos la cuota de pausividad perfecta para dosificar la intensidad y el suspenso. Del segmento que sigue a Vito en la Nueva York de 1917, destaca cómo el futuro padrino comienza a planear su venganza contra el gánsgter Don Fanucci, quien además de extorsionar a los comerciantes de la ciudad para no hacerles daño, obliga a su empleador a despedirlos. El relato también nos muestra como entabla amistad con su vecino, Peter Clemenza. Tres años más tarde goza de una gran respeto y reputación en la comunidad intercediendo y ayudando a sus vecinos. En 1925 observaremos con satisfacción como viajará a Sicilia para cobrarle a Don Ciccio la muerte de toda su familia. Del segmento que protagoniza Michael destaca las intrigas entre Hyamn Roth, su secuaz Johnny Ola y Frank Pentangeli sobre el apoyo de Roth a los hermanos Rosato por la disputa del control de los territorios de Pentangeli. Es brillante como a partir de una pugna entre mafiosos la trama va sumando elementos narrativos hasta convertirse en el principal leitmotiv del segmento de Michael cuando éste se percate que hay un traidor en su propia familia luego de viajar a Cuba para encontrarse con Roth, de quien sospecha lo envió a asesinar, con la caída de Fulgencio Batista en el gobierno de Cuba y el advenimiento de Fidel Castro y la revolución cubana como telón de fondo. Michael Corleone no sólo tendrá que lidiar con Roth y un traidor en su propia familia, sino también los vaivenes de los matrimonios de sus hermanos Fredo y Connie, y una investigación del Senado de Estados Unidos sobre su supuesta carrera criminal, en la que el senador Geary y Pentangeli terminan respaldándolo por diversas razones de peso, mientras su matrimonio con Kay se descarrila tras el aborto del bebé que esperaba.
Las actuaciones son sublimes, siendo esta, otra de las claves del film, su reparto está escogido con gran acierto por Coppola, aunque el casting no estuvo libre de complicaciones. Hubo varios actores de la primera parte que repitieron en "The Godfather Part II" (1974), desde luego Al Pacino como Michael Corleone, Diane Keaton como su esposa Kay Corleone, Robert Duvall como el consejero Tom Hagen, Talia Shire como Connie Corleone y John Cazale como Fredo Corleone. Sin embargo, otros no regresaron como Marlon Brando, por ejemplo, había acordado regresar para la secuencia de flashback del cumpleaños, pero finalmente no lo hizo según explicó como respuesta al desprecio de Paramount durante la producción de la precuela. Richard S. Castellano, que interpretó a Peter Clemenza en la primera parte, también se negó a regresar al no llegar a un acuerdo económico. Coppola reemplazó la parte en que Clemenza intervenía para que la asumiera Michael V. Gazzo como Frank Pentangeli. Coppola sí logro traer de vuelta a James Caan, Gianni Russo y Abe Vigoda para repetir sus papeles de Sonny, Carlo Rizzi y Salvatore Tessio en la secuencia de flashback de cumpleaños, tras un acuerdo. Entre las nuevas caras destacará evidentemente un magnífico Robert De Niro, quien interpreta brillantemente a Vito Corleone en sus inicios como padrino, en una personificación que le valió su primer Oscar como actor principal. Lee Strasberg encarna a Hyman Roth. G.D. Spradlin como el Senador Pat Geary. Richard Bright encarnó a Al Neri. Gastone Moschin como Don Fanucci. Tom Rosqui interpreta a Rocco Lampone y Dominic Chianese como Johnny Ola, entre otros muchos, completaron un reparto sólido y robusto.
En definitiva, como pocas veces, somos testigos de una brillante secuela que brilla por una doble historia apasionante, actuaciones formidables y una factura técnica impecable (dirección artística, fotografía, montaje, música). No cabe duda que Coppola rompe la premisa que "las segundas partes nunca fueron buenas" y nos regala otra obra de arte, de generosa factura al igual que la primera parte.
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