Crítica de SensaCine.com para Huida a medianoche: Esposados a la carrera

Uno de los subgéneros que gozó de mayor predicamento entre las propuestas del cine comercial de los años 80 fue el híbrido entre comedia y acción. 'Superdetective en Hollywood' (1984) fue uno de los puntales de dicha fórmula, y su director Martin Brest mantuvo el impulso de aquel gran éxito en su siguiente película, 'Huída a medianoche', esta vez también incorporando los códigos de las buddy movies mediante la relación de un cazarrecompensas malencarado (Robert De Niro) y su presa (Charles Grodin).

Más allá de un deficiente funcionamiento de la química entre ambos protagonistas (lo que hace que la parte cómica se resienta considerablemente), la película sigue las pautas de ritmo marcadas por la progresión narrativa asentada en el blockbuster ochentero (con sus tres actos, multiplicidad de amenazas, cambio de paradigma y arco de los personajes bien definiditos para que nadie se pierda y todo el mundo se divierta), consiguiendo ser uno de sus ejemplos más característicos y un entretenimiento directo, efectivo y prescindible.

A favor: La aparatosidad y variedad de vehículos (coches, camiones, trenes, helicópteros) de las setpieces de acción y la banda sonora jazzística de Danny Elfman.

En contra: Pese a las muchas oportunidades que hay para ello, la química entre De Niro y Grodin nunca llega a carburar del todo.