Tras finalizar con su emotiva trilogía road movie titulada la trilogía de carretera, Wim Wenders tenía había llevado el cine europeo o lo que es mejor aún el Nuevo Cine Alemán por todo lo alto y con un reconocimiento mundial al igual que directores como Rainer Werner Fassbinder. Es en este punto cuando da un cambio notable en su cine y realiza "Der Amerikanische Freund" una adaptación muy libre de la novela de Patricia Highsmith "El Juego de Ripley".
Pese a su cambio, el estilo de Wenders seguía impregnado de manera más fascinante que nunca en el film, y es que ya de por sí el título nos revela su pasión por mezclar la cultura europea con la americana, pero ese estilo visual que pese a ser una película con tintes violentos es melancólico y muy pausado definen el cine noir de Wim Wenders como algo muy lejos del frenétismo de Hollywood.
Robby Müller vuelve a estar junto a Wenders en el papel de director de fotografía, haciendo de nuevo ese uno de los puntos más fuertes de la cinta, y es que si por algo se destacaba el gran Müller es por su gran trabajo en lo suyo con su juego de sombras, luces y planos generales impresionantes a la par que hipnóticos.
Las interpretaciones del film son asombrosas y no es para menos con el tremendo elenco de estrellas que hay en el cast.
Por un lado tenemos a un Dennis Hopper fantástico y loco, que refuerza la idea de la fascinación de Wenders por Estados Unidos.
Y por el otro lado tenemos actores como nuestro protagonista Bruno Ganz, en una interpretación voraz y perfecta, junto con interpretaciones alucinantes como las de Lisa Kreuzer o el director amigo de Wenders Nicholas Ray.
La construcción de los personajes de Wenders es de los puntos más fuertes de su estilo como cineasta, esta película es la prueba de ello. Primeramente tenemos a un protagonista interpretado por Bruno Ganz que se nos presenta como un hombre desgraciado pero que atrapado por las circunstancias se convierte en algo temible. Y luego esta el más enigmático de todos el de Ripley interpretado por Dennis Hopper, el cual desata la locura dentro de nuestro protagonista mediante la manipulación, forjandose asi una amistad.
La trama narra la historia de Jonathan Zimmermann (Bruno Ganz), un restaurador de arte y frabricante de marcos que padece una enfermedad muy complicada. Al enterarse que se acaba de convertir en terminal acepta una oferta como asesino a sueldo para sacar dinero para su familia, oferta diseñada en secreto por su nueva amigo americano Ripley, quien lo está manipulando entre las sombras.
El largometraje alcanzó un impacto monumental siendo por ejemplo un claro modelo a seguir para la serie "Breaking Bad" de Vince Gilligan.
Aparte de todo lo dicho el film tiene una esencia extraña que la hace única y que me es imposible explicar.
Vaya obra maestra del cine noir.