Judy Garland (Dorothy) tenía que llevar un corsé alrededor de su torso para dejarle el pecho más plano y que pareciera más joven. Según la actriz esto resultaba bastante molesto y doloroso.
Margaret Hamilton, una fan de toda la vida de los libros de Oz, estaba eufórica cuando se enteró de que los productores estaban pensando en ella para darle un papel en la película. Cuando su manager la llamó para decirle el papel que le habían otorgado, ella simplemente respondió: "La bruja, ¿quién si no?".
Hasta a los más experimentados actores, en ocasiones les resulta difícil guardar la compostura mientras están rodando. En 'El mago de Oz' tenemos un claro ejemplo de ello en la escena en la que Dorothy sonríe y trata de no reírse después de golpear al león y este preguntarle "¿me sangra la nariz?".