Crítica de SensaCine.com para Doce monos: Visiones de futuro

En 1985 Terry Gilliam dirigió 'Brazil', una distópica aventura futurística que aunque tan excesiva como todo aquello que el cineasta británico ha puesto en escena, arrojaba una luz, francamente deprimente, sobre cierto sentido de ánimo de aquel momento frente a un futuro que se percibía como muy oscuro. Diez años después, Gilliam creó una nueva visión del mañana en '12 monos', tras la extraña pero interesante 'El rey pescador', su primera película norteamericana. Gilliam toma prestado ideas del mediometraje 'La Jetée', de Chris Marker, para construir una película que obedece visualmente a su estética y en la que nos adentramos en un futuro en el que el mundo ha sucumbido bajo los efectos de un virus mortal. Realidad y sueño, viajes en el tiempo, tramas criminales, dobleces identitarias, '12 monos' juega con muchos elementos que van sumándose hasta dar forma a una narración enloquecida y en algunos momentos confusa, pero siempre teniendo a favor la capacidad de Gilliam para crear unas imágenes que envuelven al espectador en un mundo extraño e hipnótico pero en el que, en ciertos momentos, uno es expulsado al no entender bien hacia donde nos quiere llevar el cineasta. Pero '12 monos' funciona y es, posiblemente, una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos años, apoyada por un buen reparto en el que Brad Pitt brilla por encima del resto gracias a una interpretación que linda con lo soportable, como la propia película.

A favor: Brad Pitt, la construcción visual de Gilliam.

En contra: La duración y que el guion no es del todo claro.