Crítica de SensaCine.com para Valor sentimental: Hay una grieta en la pared

La casa de los Borg está encantada. Hay una persona ahorcada en una de las habitaciones, un último aliento en el dormitorio principal y voces de extraños que se cuelan por la chimenea. Generaciones de personas que comparten legado la han llenado de fantasmas. No de esos que asustan y hacen que pegues un brinco. Fantasmas que, por las cosas que han hecho cuando todavía respiraban, convierten en maldita las vidas de los demás. Madres que se suicidan crean hijos que evitan el amor y se refugian en el alcohol. Padres ausentes dan lugar a hijas que se suicidan.

Leer la crítica completa de Valor sentimental: Hay una grieta en la pared: 'Valor sentimental', el léxico familiar de Joachim Trier, es una de las mejores películas del año | San Sebastián 2025

Además de estar embrujada, la casa de los Borg tiene una grieta en una de sus paredes: una fisura en el yeso que se abre unos milímetros cada año. La culpa es un pequeño desnivel en sus cimientos. Antes pasaba desapercibida y ahora resulta imposible ignorar. La casa de los Borg es, en realidad, un reflejo de los propios Borg. Joachim Trier convierte el hogar familiar de los protagonistas de Valor sentimental en una metáfora de ellos mismos para explorar las relaciones entre padres e hijas, madres e hijos, hermanas, los traumas heredados y las heridas que el tiempo no consigue cerrar.

Nora (Renate Reinsve) y Agnes (Inga Ibsdotter Lilleaas) son las hijas del cineasta Gustav Borg (Stellan Skarsgård). Él abandonó el hogar cuando ellas eran adolescentes y se separó de su esposa, una terapeuta que atendía a sus pacientes en la casa familiar. La muerte de esta mujer vuelve a reunirlos. Tras años sin escribir, Gustav regresa con un nuevo guion centrado en una madre como personaje principal y quiere que Nora, actriz, sea quien la interprete.

Nada sale como él esperaba: su hija rechaza la oferta y aprovecha para reprocharle viejas heridas. Mientras Gustav inicia una relación con una actriz famosa estadounidense (Elle Fanning), dispuesta a encarnar a la protagonista y atraer así la financiación de una gran plataforma como Netflix, Nora avanza por la vida adoptando las mismas defensas afectivas que su padre. También sigue buscando su aprobación, lo quiere, pero evita enfrentarse a los rencores que siguen separándolos.

Rendición y curación a través del arte

Mer Film / Eye Eye Pictures / MK Productions / BBC Film / Lumen Production / Komplizen Film / Zentropa Sweden / Film I Väst / Alaz Film

Trier se adentra en el universo de los Borg con una película en la que demuestra, con una precisión extraordinaria, que el éxito de La peor persona del mundo (2021) no fue casual. Para explicar por qué los Borg acumulan tantas heridas que nunca cicatrizan, hace que la nueva película de Gustav esté inspirada tanto en la vida de su madre como en la de su hija. Y el director insiste en rodarla en la casa familiar: la misma donde el fantasma de su madre continúa persiguiéndolo, una que el quiere vender y que es el origen de todos los males del clan. Un lugar cargado de recuerdos luminosos y dolorosos. Es ese espacio, uno que Trier presenta casi como un ser vivo, el que concentra y desprende todo el valor sentimental del que habla el título.

Natalia Ginzburg acuñó la expresión léxico familiar" -así se titula su novela autobiográfica- para referirse al conjunto de chistes privados, frases y refranes que solo una familia comprende. Idioma propio. Lenguaje único. Un significado exclusivo con un mismo significante. A través de estas palabras, la autora italiana reconstruyó su historia. En Valor sentimental, ese léxico familiar también existe en las bromas internas de los Borg, pero su lengua más profunda es el trauma, en esa grieta imposible de cerrar. Trier construye el mundo de esta familia con una delicadeza, empatía y sutileza tales que es imposible señalar culpables.

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La brillantez del filme no se limita a sus diálogos precisos ni a las impecables interpretaciones de sus protagonistas -un monumental Stellan Skarsgård y unas magníficas Renate Reinsve, Inga Ibsdotter Lilleaas y Elle Fanning forman un conjunto prodigioso-; también está en las rimas visuales, en los destellos cómicos y en la ternura que se cuela en los gestos mínimos.

Valor sentimental es mayúscula y hermosa. Una obra sobre la entrega y la sanación a través del arte. El retrato de una familia que se quiere, aunque de una manera tan particular que solo ellos pueden entenderla. La mejor película del año.