En Chartres (Francia), la familia Breuil -que dirige un importante grupo de perfumería- domina la ciudad y es propietaria de muchos negocios. En ese mismo lugar, pero a años luz de ese mundo de lujo, Daniel Sauveur no soporta más la riqueza insolente de la familia Breuil y se gana la vida con pequeños chanchullos. Cuando el proyecto que había montado con su amigo de la infancia es hundido por la adinerada familia, sólo tiene una cosa en mente: vengarse. Consigue trabajo en la fábrica familiar y convence a sus compañeros para robar parte de las existencias. Su objetivo sigue siendo el mismo: acabar con la dinastía más poderosa de la ciudad.