Gringa

Marge Bickford (Jess Gabor) recorre los pasillos de su instituto y las líneas del campo de fútbol en el que juega con la misma sensación de fracaso y miedo. La vida pasa y a ella no parece importarle. Un día, la chica huye para encontrar a su distanciado padre Jackson (Steve Zahn): una ex estrella del deporte que se esconde en el México rural para entrenar a un variopinto equipo de balompié femenino. Cuando no está haciendo surf, bebe demasiado. No tiene mala intención, pero no parece capaz de asumir las responsabilidades de una vida adulta normal. Probablemente sea incluso mucho menos maduro que su infeliz hija.