Abismos de pasion

Diez años después de mantenerse lejos y en paradero desconocido, el voluble Alejandro regresa a la hacienda de su hermana adoptiva Catalina en El Robledal mexicano. Cual es su sorpresa cuando se encuentra con que esta ha contraído matrimonio con el pudiente y amanerado Eduardo. Alejandro siente un odio visceral hacia Eduardo y hacia el hermano de Catalina, Ricardo. Alejandro, qe ha logrado también adquirir una situación económica cómoda con el paso de los años, posee un derecho de retención sobre la propiedad de un alcohólico Ricardo. Además, quiere que Catalina huya con él y pese a que ambos siguen amándose, esta también quiere a Eduardo y está esperando un hijo de él, con lo que no dará su brazo a torcer. Querría ambas cosas, pues para ella Alejandro es como un alma gemela, aunque apasionada y quizás excesivamente arrebatada, que comienza a hacerle daño. Alejandro comienza a cortejar a Isabel, la impresionable hermana de Eduardo.