Pasaje para un coche fúnebre

Jane Hardy acaba de pasar por un complicado proceso de divorcio y decide pasar el verano en la casa que su tia le dejó en herencia cuando murió. Lo que no sabe es que su tia practicaba la magia negra y aún es muy temida por los habitantes del pueblo. La sola mención de su nombre hace que se les ponga la piel de gallina. Cuando se traslada allí, Jane comienza a ver cosas extrañas: siempre que sale de la casa, es perseguida por un viejo coche fúnebre conducido por un espeluznante conductor. Sin ninguna explicación lógica, Jane comienza a preguntarse si se está volviendo loca o si realmente está amenazada.