Sacrificio para la fe
por Eulàlia IglesiasEsta película de Mark Steven Johnson, quien también firma el guion, está inspirada más que basada en el libro 'Oración por Owen' de John Irving, una novela que el escritor estadounidense escribió en parte como homenaje a 'El tambor de hojalata' de su colega Günter Grass. Aquí el protagonista también es un muchacho que sufre una enfermedad que afecta su crecimiento. El pequeño Simon Birch sufre de una suerte de enanismo que compensa con una personalidad arrolladora y la amistad inquebrantable con Paul, el narrador de la historia. El relato justo arranca con un Paul adulto confesando que fue Simon quien le devolvió la fe en Dios. Desde aquí, viajamos a la adolescencia de los protagonistas en un flashback que nos lleva a un pequeño pueblo de Maine de los años cincuenta.
Es comprensible que Irving no quisiera que esta película constara como adaptación más o menos oficial de su libro. Johnson depura la historia de los aspectos más políticamente incorrectos para dejarla en un cuento nostálgico sobre la amistad y la superación, con un sacrificio de tintes religiosos de por medio.
A favor: esquiva bastante bien la compasión hacia el personaje protagonista.
En contra: ese tono ñoño que empaña toda la película.