Crítica de SensaCine.com para Escuela de jóvenes asesinos: El instituto me mata

Decidido a darle la vuelta a la mayoría de las películas de instituto que se dedican a hacer burla de los diferentes y perpetuar las estructuras grupales basadas en aspectos superficiales, el guionista Daniel Waters escribió su contra-sátira 'Escuela de jóvenes asesinos' con la intención de crear una explosión rupturista desde dentro (un poco como el personaje de Christian Slater al final de la película, sí). Waters quería que el mismísimo Stanley Kubrick dirigiera el guión (planteó la larga escena inicial en la cafetería como un homenaje a 'La chaqueta metálica'), pero finalmente fue Michael Lehmann quien lo recibió.

Aunque aligeró considerablemente su densidad (de 3 horas a 1 hora 40 minutos), Lehmann mantuvo toda la acidez y crispado humor negro del libreto. Cuenta la historia de una adolescente (Winona Ryder con 17 años en probablemente el mejor papel de su carrera) que, harta de las humillaciones a las que someten su grupo de amigas populares (todas llamadas Heather) al resto de alumnos, se alía con un chico rebelde (Chrstian Slater) en una oleada de crímenes disfrazados de suicidios explicados por la angustia adolescente. Todo ello aderezado con réplicas rápidas, diálogos cargados de descaro y palabras malsonantes, personajes llenos de rencor y una puesta en escena dinámica que consiguen uno de los clásicos más incontestables del género.

A favor: La perfecta adecuación de Winona Ryder a su papel.

En contra: Al ser una película de instituto, siempre ha tenido que soportar un trato dondescendiente.