Crítica de SensaCine.com para At First Sight (A primera vista): Cine ciego

Desde mediado de los setenta el neurólogo inglés Oliver Sacks comenzó a tener fama gracias a sus libros, auténticos best-sellers, en los que relataba su experiencia con pacientes y, casi siempre, relatando casos extraordinarios. Su primer acercamiento al cine fue en Despertares, luego vino A primera vista, basada en un relato suyo sobre un ciego (Val Kilmer) que recupera la vista y, a la par, descubre el amor en brazos de su masajista (Mira Sorvino). Dirigida por Irwin Winkler, quien fuera colaborar de Martin Scorsese y autor de dos películas interesantes como Caza de brujas y La noche y la ciudad para, después, adentrarse en películas de dudosa calidad como A primera vista, una obra plana, fea en su construcción visual, poco creíble en su narración y con dos protagonistas que no saben bien qué están haciendo ahí. No interesa ni el drama romántico ni el personal, no emociona en absoluta ni plantea nada más allá de un sinfín de obviedades sin fundamento. En definitiva, una película que carece de todo y, evidentemente, a la que le falta de todo.

A favor: La presencia de Kelly McGillis, como una aparición de otra época.

En contra: Los dos actores principales, el guion, la dirección, lo poco o nada creíble de la historia...