Juli tiene dieciocho años, vive en una habitación de alquiler y trabaja en una hilandería. Atrás quedan los días junto a la mujer que la crió: Magda. Esta pariente fue quien, justo después de la guerra, trajo a la niña de vuelta de la Unión Soviética, de donde había marchado junto a su padre: un escultor comunista que posteriormente fue detenido durante los juicios estalinistas. Ahora, el sueño de Juli es convertirse en directora de cine, pero no puede entrar en Budapest por lo que, con la ayuda de Magda, consigue una beca para estudiar cine en Moscú.