En los primeros meses del año 2001, la vida de una pequeña población mexicana se ve alterada con la noticia de que la marcha que ha convocado el Ejército Zapatista de Liberación Nacional para pedir el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas recorrerá sus calles en su camino hacia el Distrito Federal. Las autoridades locales lo preparan todo para el gran recibimiento. Mientras, desde algún punto del recorrido, el subcomandante Marcos, cabeza invisible del movimiento zapatista, habla de este viaje y también del otro, del que iniciaron hace ya dieciocho años en la selva Lacandona.