Mi marido se divierte

Augie Poole (Richard Widmark) e Isolde (Doris Day) forman un bonito matrimonio, aunque les falta algo muy importante en sus vidas: un bebé. Por más que lo intentan no consiguen concebir y miran con envidia a los Peeper, los vecinos de al lado que ya tienen tres hijos correteando por la casa y otro más que viene en camino.

Un día, hartos de tanta frustación, acuden a la agencia de adopción Rock-A-Bye. Allí les atiende la señorita Novick, la cual investigará su situación. La primera entrevista que tienen con ella es un desastre debido a mala comunicación que Augie tiene con ella. Como resultado, la señorita califica como desfavorable el informe de adopción.

Augie no se queda de brazos cruzados y está convencido de que es capaz de convencer a la señorita Novick de que cambie la calificación. Comienza aquí un entramado de disparatadas situaciones cuyo resultado será difícil de predecir.