Crítica de SensaCine.com para La Pasión de Cristo: Sensacionalismo cristiano

Nueve años después de ganar el Oscar de Mejor director por 'Braveheart' (1995), el controvertido Mel Gibson regresó a la dirección con el ambicioso proyecto de una película cruda y sin concesiones basada en las últimas 12 horas de vida de Jesucristo. Es decir, lo que se conoce como la Pasión. La mera elección del tema ya aseguraba una gran expectación mundial hacia el filme, pero Gibson se mostró dispuesto a llevar la apuesta a otro nivel decidiendo no rodar la película en inglés, sino en los idiomas hablados en la época retratada, todo ello sin apoyarse en subtítulos y confiando simplemente en el poder narrativo de las imágenes cinematográficas.

Al final, el resultado se ablandó mucho respecto a esos preceptos: los personajes hablan en hebreo, arameo y latín (en vez de griego, que era la lengua franca del momento), hay subtítulos y la forma narrativa del cineasta no se aparta nada de lo habitual en el cine comercial. Donde sí lo hace es en la cantidad de violencia, sangre y gore, claro, con una sucesión de torturas y explicitud física que el público mainstream aceptó bajo la disculpa religiosa y trascendente de lo mostrado. Pero da rabia que Gibson no sea capaz de llevar hasta el final sus porpios preceptos y el filme introduzca sus propios asideros y subrayados (¡subrayados adaptando la Biblia!) para contentar a la platea, como la escena del cuervo con el ladrón no arrepentido. Lo que podría haber sido una curiosa versión cinematográfica de las representaciones pictóricas o escultóricas del viacrucis se queda en mero espectáculo hollywoodiense de sangre, carne desgarrada y dolor.

A favor: ¿La presencia de Monica Bellucci como María Magdalena? Por decir algo...

En contra: Su fama y éxito comercial, basados exclusivamente en el tema que trata.