En 37 días de rodaje tenían que conseguir plasmar 15 años de investigaciones, en las cuales el doctor Alfred Kinsey entrevistó a 18.000 personas a través de todos los Estados Unidos.
Para ayudar a recaudar fondos para el Instituto Kinsey, Bill Condon y Laura Linney, se presentaron en la Universidad de Indiana, en una conferencia sobre los beneficios de la película.
Laura Linney engordó nueve kilos para esta película, lo consiguió comiendo de forma abusiva, en concreto, donuts crujientes de crema con azúcar 'glass' por encima.
Bill Condon entrevistó a muchos de los amigos de Alfred Kinsey antes de empezar a escribir el guión.