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    Ratónpolis
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Ratónpolis

    Frenesí roedor

    por Covadonga G. Lahera

    Con un arranque que nos retrotrae sin mucho esfuerzo a algunos pasajes de Toy Story, como si fuese el Andy de la saga de John Lasseter mientras juega solitariamente con su arsenal de juguetes "inertes", el acomodado ratón Roddy, protagonista de Ratónpolis, se divierte con los muñecos de la habitación de sus dueños tras quedarse a solas. Pero todo cambia a raíz de la intrusión de Sid, una rata de alcantarilla que, cual Buzz Lightyear, ha venido para revolver el orden establecido y quedarse. Un error de cálculo lleva a Roddy a ser tragado por el remolino de agua generado por la cisterna del váter. Es así como Roddy inicia su viaje a las profundidades y llega a Ratónpolis, donde conocerá a la hacendosa Rita (el filme lanza algunos lazos hacia la histórica Metrópolis de Fritz Lang). Los enemigos no tardarán en aparecer en forma de anfibios capitaneados por un malvado sapo.

    Dirigida al alimón por David Bowers y Sam Fell, y resultado de la suma de esfuerzos de la Aardman británica (Wallace y Gromit, Chicken Run) y la Dreamworks norteamericana, Ratónpolis trata de emular la estética artesanal propia de la plastilina, en la línea de algunos trabajos de los estudios Aardman. Su trama discurre con agilidad e incluso frenetismo y sus protagonistas tienen una fuerte presencia junto a la plasmación de sus motivaciones y metas. Hay episodios bastante ingeniosos y delirantes, como las interrupciones de las babosas, que actúan como una especie de coro durante la trama. El filme discurre con rapidez e ingenio, aunque en ocasiones su desatado ritmo y la repetición de algunos motivos pueden llegar a saturar.

    A favor: Las delirantes e inquietantes interrupciones de las babosas, como aquel segmento en el que cantan "Mr. Lonely".

    En contra: Algunas redundancias y algunos momentos de frenesí hastiante en su ritmo.

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