El director, Kevin Rodney Sullivan, decidió hacer esta película cuando en aquella época tenía una hija de 12 años y esperaba que algún día ella llegase a casa con un chico totalmente diferente. Él esperaba que la película le ayudase a resolver sus problemas.
El actor Ashton Kutcher sugirió que su personaje fuese judio, para utilizar el conflicto religioso en la historia. Sin embargo, los productores prefirieron mantener el foco central en la cuestión racial.