Crítica de SensaCine.com para Cada dos fines de semana: Impotencia materna

Nicole Garcia, actriz de origen argelino (aunque su Orán natal entonces era francés), que participó en filmes de Jacques Rivette y Alain Resnais, debutó en la dirección de largometrajes con Un week-end sur deux, un drama familiar con Nathalie Baye como cabeza del reparto y con el conflicto de la custodia compartida de los hijos entre padres separados como motor de la acción.

Bay interpreta a una actriz de televisión en horas bajas (de esas que a uno le resulta familiar su rostro, pero que no recuerda el nombre) que en el fin de semana en que le toca hacerse cargo de sus hijos acaba huyendo con ellos en coche con la intención de ganarse, aunque sea a la fuerza, su afecto. El destino del viaje será cruzar la frontera hasta España para ver una lluvia de meteoritos que puede hacer las delicias de su hijo, amante de la Astronomía. Mientras tanto, el exmarido y la policía le siguen los talones. Un week-end sur deux acaba resultando una singular road movie que retrata a una mujer bastante poco hábil en la tarea de ser madre y es precisamente el reflejo, o reivindicación, de esa incapacidad/dificultad el punto más interesante que nos acerca el filme.

A favor: Baye y los niños protagonistas.

En contra: El guión no es demasiado afortunado, en cuanto a giros y diálogos y en algunos momentos resulta un poco anodino.