Crítica de SensaCine.com para Corazón salvaje: Amantes a fuego

Entre Terciopelo azul y el arranque televisivo de Twin Peaks, David Lynch se sacó de la chistera esta adaptación de la novela de Barry Gifford Wild at Heart: The Story of Sailor and Lula. Gifford y Lynch trabajaron codo con codo para armar un guión protagonizado por dos excéntricos amantes (¿se puede amar sin ser excéntrico?) que se aventuran en una delirante road movie huyendo de varios obstáculos amenazantes para su idilio, el pasado de ambos y la posesiva, pérfida y envidiosa madre de ella, que envía a unos cuantos hombres tras ella.

Sin acabar de ser tan redonda como otros títulos de su filmografía, quizás por un estiramiento excesivo y por algún que otro flashback o redundacia de más, Corazón salvaje posee una energía apabullante y es capaz de convertir el romance entre Lula y Sailor en algo tan especial y tan marciano que uno no podrá despegarse de la butaca hasta escuchar de los labios de Sailor un ansiado Love Me Tender de Elvis. Muchas constantes de Lynch están también ahí, y los fans del director de Montana se sentirán como en casa pese a provenir esta historia de un relato ajeno: los personajes secundarios extravagantes, las aparentemente arbitrarias e incongruentes entradas y salidas de estos, la estructura narrativa que se retuerce en el tiempo de adelante hacia atrás y viceversa, la presencia del fuego (que en este caso abre la película), los cigarros que se consumen en primer plano y que, entre otras cosas, sirven de transición, las gloriosas "interrupciones" musicales, las buenas brujas y las malas... No será redondo, pero contiene tantas secuencias imborrables... ¡Y que viva El mago de Oz!

A favor: La hipnótica atmósfera lyncheana y que una huida romántica pueda seguir contándose con tanta fuerza y singularidad. Y, una vez más, ¡la música de Badalamenti"

En contra: Alguna repetición o vuelta atrás de más dentro de su juguetón montaje.