Había un padre

Shuhei Horikawa (Chishu Ryu) es un profesor que trabaja en un colegio de una pequeña ciudad. Hace algún tiempo que enviudó y tiene la gran responsabilidad de cuidar a su único hijo, Ryohei.

En una de las excursiones que prepara el centro envían como responsable de los chicos a Shurei. Desgraciadamente, se produce un accidente en el que fallece un niño tras caerse a un lago. Este fatídico suceso trastoca la personalidad del profesor, quien se atribuye la culpa de lo ocurrido. Horikawa dimite de su puesto y decide mudarse a su pueblo natal junto a su hijo.

Esta nueva situación hace que padre e hijo se mantengan cada vez más unidos y reflexionen juntos sobre los aspectos de la vida. A ambos les gusta hablar de sus asuntos mientras van a pescar a un río cercano. En uno de esos días, Horikawa le dice a su hijo que le va a internar en un colegio con el propósito de darle la mejor educación posible. Entristecido, el niño no entiende los motivos por los que su padre se ha alejado de él.

Horikawa se sacrifica buscando trabajo en Tokio para aportarle a su hijo un futuro mejor. Allí encuentra otro empleo como maestro. Pasa el tiempo y Ryohei ya se ha convertido en un provechoso joven que también se dedica a la docencia. Cuando va a Tokio se reencuentra con su padre y empieza a comprender los motivos por los que su progenitor se separó de él. Pero ahora es Ryohei quien tiene que irse a la guerra y distanciarse de nuevo de su padre.