Crítica de SensaCine.com para The last kiss (El último beso): Un polvo antes de casarse

Gabriele Muccino es al cine italiano lo que Federico Moccia a la literatura: un pergeñador de historias rosas conservadoras, retrógradas y misóginas que se venden como el colmo del romanticismo. Tony Goldwyn, actor que ejerce puntualmente de director, se encarga de rehacer para el público de Hollywood su 'El último beso', una celebración del polvo (con otra) antes de casarse disfrazada de melodrama romántico. El protagonista sufre una crisis de los treinta cuando su pareja le anuncia que está embarazada y se desahoga teniendo una aventura con una universitaria... solo para volver corriendo a brazos de su novia. Este conflicto central aparece acompañado de otras crisis: la que viven los padres de la chica (un apunte desaprovechado sobre el desamor en la madurez), y la de los amigos del chico que encarnan algunos de los arquetipos masculinos que pueblan este tipo de películas: el follador con pánico al compromiso, el colgado de su ex novia y el incapaz de llevar una familia. Tópica, aburrida y superficial, 'The Last Kiss' confunde histerismo con pasión, acoso con enamoramiento, matrimonio con compromiso, conformismo con madurez... para tomar una vez más el nombre del amor en vano.

A favor: Blythe Danner y Tom Wilkinson, y el intento de darle un punto de amargura a la historia.

En contra: La banalización del amor.