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    El Monstruo
    Críticas
    3,5
    Buena
    El Monstruo

    Cómo ser un maníaco sexual sin intentarlo

    por Diana Albizu

    Algo debió ocurrir en la vida del cómico Roberto Benigni entre 1994, momento de estreno de ésta 'El monstruo' (una de las comedias más exitosas del cine italiano) y 1997, cuando logró fama y respeto mundial con la fábula blanda 'La vida es bella'. 'El monstruo' probablemente sea su última comedia pura como actor, guionista y director: llena de ritmo y furia slapstick, gags físicos basados en la tensión absoluta de todas las articulaciones de su cuerpo y una trama de inspiración chapliniana que apuesta por el humor destilado a partir de la concatenación de equívocos.

    Todo se basa en que Loris, el protagonista, es tomado por un maníaco y psicópata sexual frente a la realidad, aunque la apariencia y casualidad de sus acciones así lo hacen parecer. Aunque el argumento se preste a la aparición de unos cuantos chistes verdes facilones en sus apelaciones sexuales, el punto fuerte de 'El monstruo' reside en la creación de situaciones que serán dinamitadas por la presencia de Benigni. Como es habitual, Nicoletta Braschi encarna el rol femenino de la función, siendo esta vez una agente de policía encargada de investigar a Lori y, en última instancia, provocarlo para conseguir una prueba fehaciente de su culpabilidad, lo que le da la ocasión de interpretar uno de los papeles más divertidos de su limitada carrera.

    A favor: Los gags de elaboración coreográfica y herederos del slapstick.

    En contra: Como suele ocurrir con Benigni, también hay chistes facilones y pizcas de sentimentalismo que sobran.

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