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    La carne
    Críticas
    3,5
    Buena
    La carne

    ¡Cómeme!

    por Diana Albizu

    Siempre genial e inclasificable, con 'La carne' el italiano Marco Ferreri recuperó en la parte final de su carrera el interés por la comida como concepto antropológico después de haber hecho muchos años atrás 'La gran comilona' (1973). Una vez más, el placer sensorial de la alimentación deviene en símbolo de la abundancia sexual, representada por el cuerpo voluptuoso y casi siempre semidesnudo de Francesca Dellera (no cuesta sospechar que contratada más por el exuberante magnetismo físico que irradia, muy apropiado para la finalidad de la historia, que por sus dotes interpretativas). La actriz interpreta a una chica que conquista al infantilizado Paolo (Sergio Castellitto), quien, pese a estar casado y con dos hijos, decide irse con ella a pasar una noche de sexo a una casa aislada en la playa.

    Ella utilizará un conjuro vudú para dejar al hombre prostado en la cama y así utilizarlo como máquina sexual a su antojo, aunque después la aparición de más personajes complicará lo que termina siendo un relato postapocalíptico ambientado en una utopía clasutrofóbica cargada de simbolismos y carnes desbordadas de gozo y pasión. La relación entre los dos amantes evoluciona pasando por dinámicas de ama y esclavo hasta alcanzar una animalización previa al canibalismo de 'Trouble Every Day' (Claire Denis, 2001) y, en última instancia, recalca cómo los humanos estamos hechos de instintos que demandan ser satisfechos por mucho que intentemos racionalizarlos.

    A favor: La abundancia de significados y su cierto hermetismo, que hacen de la película un objeto extraño más en una filmografía bien nutrida de ellos.

    En contra: Sergio Castellitto no es un actor muy competente.

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