La actriz Dolores Hart abandonó el mundo de Hollywood poco después de esta película y se convirtió en una monja benedictina llegando, incluso, a ser Madre Superiora.
Natalie Wood acudió a las audiciones con el fin de tener el rol principal, el de Merrit Andrews.
La canción principal de la película, cantada por Connie Francis, alcanzó el número 4 en las listas de música pop.