Crítica de SensaCine.com para Zooloco: Cargante arca de Noé

La saga de Dr. Dolittle que revitalizó Eddie Murphy (en 1998 y 2001, primera y segunda entrega, respectivamente) parece haber hecho bastante daño cinematográfico. En los últimos años ha habido unas cuantas cintas protagonizadas por animales parlantes que, lejos de sumar algún tipo de renovación o gracia al subgénero, no han hecho otra cosa que añadirle caspa y pocas luces. Para muestra, un botón: Zooloco, o Zookeeper en su versión original. Aquí los animales del zoo son el telón de fondo para presentar la enésima comedia romántica que poco se ha roto la cabeza para concluir, una vez más, con el chico afable quedándose con la chica "buena".

Los animales aquí son los camaradas de Griffin (Kevin James), guardia de un zoológico que sufre mal de amores desde que su novia le rechazó sonoramente durante un idílico viaje hace ya cinco años. La comprensión y generosidad que ha demostrado con los animales hará que estos se salten su voto de silencio y unan sus fuerzas para echarle un cable. Y lo que sigue son una sucesión de gags no demasiado brillantes y unas cuantas caídas y unos cuantos porrazos y, mientras tanto, a uno intenta no sucumbir al aburrimiento valorando si las labiales encajan o no en cada especie del zoo.

A favor: El arranque con una frustrada petición de casamiento en un paraje idílico.

En contra: Su poca y tópica gracia como comedia física y romántica.