Cada encuentro, fugaz, doloroso o profundo, moldea una vida intensamente vivida. En este viaje de emociones y memorias, cada persona deja una huella imborrable.
Pero algunas historias no terminan con el último suspiro… trascienden, se transforman y siguen su curso más allá de este mundo, recordándonos que el amor, el dolor y la esperanza no conocen límites ni final.