El príncipe Mohamed bin Salmán se ha convertido en el hombre más poderoso de Arabia Saudita, transformando rápidamente su sociedad y consolidando el país como principal exportador de petróleo.
Tras la muerte del rey Abdalá en 2015, MBS, con solo 29 años, impulsa cambios sin precedentes: bares de karaoke, multitudes mixtas y raves en el desierto. Sin embargo, su ascenso al poder también ha estado marcado por secuestros, torturas y asesinatos, dejando un legado controvertido y globalmente relevante.