Tras los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París, toda Francia buscaba a un grupo de terrorista que había huido y preparaban un nuevo ataque. En ese clima, tenso y con miedo, una mujer se convirtió en una pieza clave, ya que aportó la pista clave que permitió encontrarlos y detenerlos.
Su testimonio muestra la tensión que se vivió en aquellos días, la presión de colaborar con las autoridades y el precio personal que tuvo que pagar al quedar bajo protección permanente, marcada para siempre por haber evitado otra tragedia.