No hay diálogos o escenas memorables, nada que ver con Breaking Bad, que te agarra desde el primer minuto con Walter en calzoncillos en medio del desierto apuntando un arma. Pluribus, tiene escenas muy predecibles e innecesariamente lentas. Irónicamente, los infectados resultan más humanos y carismáticos que los sanos. Carol y Mr. Diabaté son las únicas excepciones, pero apenas. Carol actúa sin instinto, se emborracha en medio del apocalipsis y toma decisiones que rozan la estupidez. Mr. Diabaté tiene algo, pero le falta descaro, picardía, ese magnetismo de tipo que sabe moverse en el caos, como Saul Goodman en Better Call Saul. El elenco, en general, parece fuera de lugar. Nadie logra sostener la historia, y la historia no hace mucho por ellos tampoco.