Como no conozco las novelas “Murderbot Diaries” de Martha Wells, voy a escribir mis impresiones estrictamente basadas en la experiencia visual e intelectual con la serie, y en cuyas obras supuestamente parece estar basada.
Cuando leí la premisa de la historia, o la sinopsis de la serie, pensé que podría ser divertido encontrar a un robot futurible con el que reírte un rato gracias a sus interacciones forzadas y desganadas con los humanos, y su obsesión por la series de televisión. Parecía cachondo sumergirse en su lenguaje soez y sus pensamientos en voz alta (una voz en off abusiva que acaba agotando, por cierto). Pero el resultado es, desde el principio, muy decepcionante. A pesar de que la idea de combinar ciencia ficción robótica con comedia podía parecer algo realmente atrayente, la serie sufre de un guión tan superficial y una dirección tan vaga que no logra sacar un mínimo partido a la premisa esencial.
La trama parece seguir las andanzas de un androide de seguridad, ya obsoleto y a punto de ser “retirado”, que desarrolla conciencia propia gracias a un auto-hackeo de su propio sistema (algo que no se acaba de comprender muy bien, y de lo que no se profundiza lo suficiente). Las subtramas e interacciones con unos nuevos clientes, que parecen más bien un grupo de científicos frikis a los que debe proteger ahora, no llevan a ninguna parte. Y los diálogos, bajo la ridícula propuesta de una idiosincrasia hippie y naif, son estúpidos y predecibles, por no decir irritantes.
El potencial de explorar temas tan complejos como la propia identidad, la auto-conciencia y la pseudo-humanidad se desaprovecha por completo. Si se hubiera expuesto todo esto incluso desde una perspectiva cómica, mordaz e, incluso, absurda, optando por un desarrollo jocoso del personaje, habría tenido mucho más interés y más valor argumental que el que ofrece ahora “Matabot”, tan basado en un paradigma ficticio sobre-explotado que ya no ofrece nada interesante, ni en las formas ni en la exposición.
Los efectos visuales no acaban de compensar estas deficiencias descriptivas, y da la sensación que la serie se apoya demasiado en su estética futurista, olvidando que un buen guión habría sido un pilar mucho más sólido para contar una historia ávida de matices narrativos.