Tras el aparente suicidio del magnate Jack Wright, su familia queda en el caos. Su testamento deja fuera a su esposa Sally y a sus hijos Gray y John, favoreciendo a su nieta Emily, con quien apenas tenía relación.
Cuando los inspectores Morgan y Jone descubren que Jack fue asesinado, las tensiones familiares estallan. Pronto, todos los Wright se convierten en sospechosos, desatando una guerra interna por la herencia.